Hola cafeteros!
Esta vez, después de un tiempo desaparecida, vuelvo con un plato resultado de la improvisación, pero aplicando ciertos conocimientos previos que dio como resultado un plato delicioso.
Hoy os propongo un solomillo de cerdo lacado con café.

Ingredientes para 2 personas:

  • 1 solomillo de cerdo entero
  • 1 cebolla grande
  • 1 vaso de café fuerte
  • 1 taza de aceite de oliva
  • Sal, pimienta
  • 2 cucharadas soperas de café soluble
  • 4 cucharadas soperas de miel
  • Cous-cous
  • Agua.

Empezaremos preparando el adobo de la carne y para ello mezclaremos el café, el aceite, media cucharada de miel, sal y pimienta. Pondremos en este aderezo la carne, la taparemos con papel film y lo dejaremos en la nevera. No estaría de más dejarlo de un día para otro.
Cuando vayamos a cocinarlo, empezaremos encendiendo el horno a 180º (o a temperatura media).
En una placa honda que pueda ir al horno cortaremos la cebolla a gajos gruesos y sobre ella colocaremos el solomillo y echaremos parte del adobo.

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A continuación y haciendo el gesto de echar sal con los dedos, espolvorearemos toda la carne con café soluble, que quede cubierto. Justo después, con un pincel, lacaremos toda la carne con miel. Veréis como el café soluble se funde y pasa a convertirse en la laca.

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Lo meteremos en el horno y esperaremos unos 45 minutos para que esté hecho. Pero a la mitad de cocción repetiremos la parte de espolvorear café i lacar con miel.

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En un bol grande prepararemos el cous-cous siguiendo las indicaciones del fabricante. Normalmente es una medida de cous-cous por una de agua hirviendo. Para aliñar el cous-cous, usaremos la melaza que se habrá hecho en el fondo de la fuente. Para aprovecharla, sacaremos la carne por un lado, la cebolla por otro, y
echaremos en la fuente un par de cucharadas de agua para disolver toda esa maravilla de sabores y lo echaremos al cous-cous. Removeremos bien para que se repartan los sabores y añadiremos una pizca de sal para potenciarlos.

Para emplatar, yo corté el solomillo a medallones gruesos para que se viera la glasa exterior y lo jugoso del interior, cubrí con la cebolla caramelizada con la miel y el café, y acompañé con el cous-cous.

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Para maridar con este plato, os recomiendo un vino blanco muy afrutado.

Espero que os atreváis a probar esta receta.
Un saludo a todos y para la próxima prepararé algo dulce!