Aunque aquí en nuestra pequeña Isla no tenemos ninguna franquicia de “Starbucks” -aún-, me ha parecido una lista curiosa de consejos 🙂 (Vía “El Financiero en línea“)

1. Elección del barista. Debe estar bien capacitado para usar la máquina, pero también ser amigable, que salude a los clientes por su nombre y recuerde cómo le gusta su taza.

“En las grandes cadenas mientras más creces es menor la atención personalizada. El barista te va a hacer también bebidas divertidas, te puede sugerir qué tomar. Es algo que las grandes cafeterías no pueden hacer”.

2. Personalización del menú. “En Starbucks hay un menú muy estándar porque es complicado el proceso para poder ampliarlo. Una empresa pequeña puede dar al cliente lo que quiera”. Ejemplificó que si una gran franquicia pretende dar crepas tendrá que hacer todo un estudio de mercado y llevar a cabo cientos de procesos, que retrasarían el lanzamiento de esa sugerencia por lo menos cuatro meses; en cambio un negocio pequeño puede instalar las crepas en un día.

3.- Atención a los detalles. Por muy bien que esté capacitado un gerente de un consorcio grande, jamás va a responder como dueño. Sólo a alguien que le cuesta la renta y el mantenimiento del local tendrá el gusto por revisar a conciencia los detalles. Mesas limpias, focos fundidos, saludar a la gente por su nombre, pintura, etcétera.

4.- Atención personalizada del dueño. La presencia del inversionista y su arraigo a la comunidad es básica para generar confianza en los consumidores, porque es un sitio de reunión muy local. “Te tienes que convertir en la cafetería del barrio, que les vendas el café y no lo compren en el autoservicio”, dijo.