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En realidad este bocata es el correspondiente a Abril, pero vamos con un poco de retraso, con lo que en este mes de mayo habrá dos bocatas, más o menos 😉

Y para el bocadillo número 9, hemos elegido todo un clásico palmesano, el famoso Bar Bosch.

Los 4 fantásticos agitadores de bigote:

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En el Bar Bosch no es posible reservar mesa, ni dentro ni fuera, está siempre taaaaan lleno, que no quieren/pueden. Por suerte, no fue mucho problema y encontramos mesa para los 4 que eramos en esta ocasión.

Aunque todos hemos ido muchísimas veces a este ancestral bar palmesano (lleva desde el año 1936), le pedimos al camarero de que se pueden pedir sus bocadillos más famosos: ses llagostes. Al final de todo lo que nos cantó, pedimos cada uno algo diferente: uno de anchoas, otro de lomo con queso, otro de tortilla francesa, y otro de “camaiot” (algo similar al butifarrón).

Yo soy muy fan de como los preparan. Calentitos, pasados por la plancha pero no en exceso, el pan queda crujiente en su punto justo, y siempre muy sabrosos con tomate untado y abundante aceite.

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El café no es nada del otro mundo, para que nos vamos a engañar, pero forma parte de la tradición del lugar la manera de prepararlo y servirlo, en unos clásicos y sencillos vasos de cristal.
Y en cuanto a atención, aunque es un lugar particular, hay que reconocer que en esta ocasión en concreto fue todo a pedir de boca. Fueron rápidos en todo, tanto en pedirnos como en servir, no se equivocaron en nada, y encima para finalizar, tuvieron el detalle de invitarnos a un chupito de granizado de almendras, receta casera que preparan ellos mismos, delicioso 🙂

La nota final es: 8,2

Comentarios adicionales:
Tomeu – sitio emblemático por muchas razones: por el lugar donde esta, muy céntrico con una gran terraza, lugar durante muchos años donde solia desayunar y la mas importante porque mi pedazo de hermano trabaja allí desde siempre.

Pero el tema son los bocatas y como ya sabe casi todo el mundo hacen las míticas “llagostes”, yo me pedí, para innovar, una de anchoas que estaba buenísima, pude probar la de camaiot que me encantó.

Alguna pega tiene el sitio pero merece la pena que uno lo descubra por sí mismo 😉

Como postre pudimos probar otra de sus especialidades: el granizado de almendra, indescriptible jeje